Creada en 1988, la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza ha sido pionera en España en una nueva fórmula para la gestión privada de activos públicos, y su eficacia ha sido evidente desde que el Museo Thyssen-Bornemisza abrió sus puertas en octubre de 1992. Desde entonces, tanto el Museo como la Fundación que lo gestiona han crecido y evolucionado, ampliando las colecciones e instalaciones con la incorporación de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza como préstamo a largo plazo en 2004 y la ampliación del Palacio de Villahermosa, así como incrementando el número y variedad de actividades, exposiciones temporales y programas educativos. El equipo de personas que hace posible la existencia diaria de la institución también se ha visto incrementado, pero el motor que mantiene el buen funcionamiento de la Fundación siempre ha sido su impulso y motivación.
Una de las características clave del Museo Thyssen-Bonemisza es que complementa la colección de pinturas antiguas del Museo del Prado y el arte moderno que alberga el Museo Reina Sofía, con movimientos y estilos como los primitivos italianos y holandeses, el arte renacentista alemán, la pintura holandesa del siglo XVII, el impresionismo, el expresionismo alemán, el constructivismo ruso, la abstracción geométrica y el arte pop. Y, destacando su singular muestra de pintura norteamericana del siglo XIX, prácticamente desconocida en Europa, que ocupa dos salas del museo.

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